Paloma García

Trayectoria profesional y personal

Me resulta complicado sintetizar mi recorrido laboral de la mano de mi desarrollo personal (en mi caso ambos muy relacionados) aunque lo que sí tengo claro es que mi trabajo, que ha girado y gira en torno a la infancia, es vocacional.

Mis funciones y mis formaciones han ido cambiando guiadas por este motor interno que me conecta con la curiosidad de saber más, a la par que encontrar formas respetuosas y acordes con las necesidades de les más peques en el entorno educativo y terapéutico.

Me formé en Tenerife en Logopedia y Magisterio Infantil. Tras años en el ámbito clínico, echaba en falta vivencias relacionadas con lo social y me cuestionaba internamente el modelo de intervención. Me fuí a Madrid y allí me formé en voluntariado Internacional y experimenté el voluntariado local con personas sin hogar y adultos con Diversidad Funcional. Tras esta experiencia me marché al Norte de Brasil- Amazonas con un proyecto de los Jesuítas (Fe y Alegría). Trabajé como voluntaria durante dos años en una escuela alternativa, con un modelo basado en la Pedagogía del oprimido de Paolo Freire, en la periferia de la ciudad. También en guarderías de proyectos comunitarios que facilitaban la incorporación laboral de las madres de los barrios más pobres. Esta experiencia cambión mi vida por completo.

Al volver a España, agradecida y removida en partes iguales, necesitaba encontrar una manera de “hacer” acorde a todas estas vivencias. Educación, cambio social, infancia, familia, injusticias… me hacían cuestionarme y pensar en ¿Qué puedo aportar yo en todo esto y qué posición quiero tomar?

Continúo formándome en Psicopedagogía y en Pedagogía curativa Waldorf en Tenerife. Trabajo durante tres años en una comunidad Waldorf donde convivo en un Casa hogar con siete adultos con diversidad funcional y coordino un taller de Granja escuela y grupo de juego con niñes de 3-6 años. Aprendo aquí la importancia del aprendizaje a través de los sentidos, la presencia, la figura del acompañante, y la sensación e importancia de la vida en comunidad.

Nuevamente, me marcho tres meses a la ciudad de Buenos Aires. Realizo un voluntariado en un instituto y un Jardín de Infancia de 0-3 en una de las Villas de la Ciudad. Conecto nuevamente con la realidad de violencia que vive muchas veces la infancia y esto me remueve a nivel interno mis propias vivencias de niña.

Vuelvo a Tenerife y comienzo un largo camino de terapia y desarrollo personal que seguirá hasta la actualidad. Toda esta introspección provoca una ruptura interna que me lleva a dejar todo allí y marcharme a Barcelona. Empiezo de cero, dejando la intervención clínica y centrándome en proyectos de Crianza respetuosa de 0-3. Me formo como madre de día y abro mi propio proyecto en el que durante tres años acompaño a cuatro familias a la vez que me voy formando en temáticas de crianza desde una mirada respetuosa. En paralelo realizo la formación de Terapia Gestalt (Espai Lúdic) y me replanteo volver a las terapias, ésta vez desde otro modelo de acompañamiento.

Aunque el tiempo que he dedicado como “madre de día” me ha aportado comprensión sobre los diferentes procesos y etapas de les nenes y sus familias y herramientas de gestión de los mismos, echaba en falta los espacios terapéuticos más allá del cuidado.

Estos últimos años me he reafirmado en mi vocación con la infancia y mi gran motivación por seguir aprendiendo y aportando. Me sigo formando como terapeuta Gestalt de adultos para poder acompañar a las familias y en terapia de juego para acompañar a les más peques.

Me encanta este camino, que como decía al inicio, atraviesa mi SER con mi HACER.

Y como cierre, hago mía la frase de Confucio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

Que agradecida me siento de poder trabajar en un espacio y de una forma, para mí tan bonita y llena de sentido.