Esta primavera hemos estrenado nuevo servicio en Damara. Se trata del acompañamiento a adolescentes – hasta hora realizábamos este tipo de terapia con niñes y familias- y queremos aprovechar nuestro blog para profundizar un poco más no solo en este nuevo acompañamiento que ofrecemos, sino también en una de las etapas más complicadas y transformadoras que vivimos las personas: la adolescencia.

El acompañamiento terapéutico, como vimos en este artículo, se basa en respetar la vida del otre y situarse a su lado sin invadir su vida. Acompañar es aceptar el momento vital de la otra persona, en este caso del adolescente, y tener la capacidad de estar presente, disponible y sin juicio ante cualquier estado emocional.

Como madres, padres y educadores es importante aceptar que las cuatro emociones básicas -alegría, tristeza, miedo y rabia- son válidas y les adolescentes, pero también en nosotres mismes para entender mucho mejor lo que sucede en una de las etapas vitales más intensas y difíciles.

Pero, ¿qué es realmente la adolescencia?

Oficialmente, la adolescencia es la etapa comprendida entre los 12 y 18 años, y etimológicamente significa crecimiento o desarrollo. Por tanto, como su nombre indica, la adolescencia es la etapa en la que nuestros hijes viven la difícil tarea de encontrarse a elles mismes.

Le adolescente deja de ser niñe para convertirse en adulte con todos los cambios – y crisis previas- que ello conlleva. La empatía, la paciencia y la asertividad a la hora de comunicarnos con elles son más necesarias que nunca en el acompañamiento emocional en una etapa que tampoco resulta fácil para madres y padres, que registran altos niveles de estrés.

Por eso, desde Damara apostamos no solo por el acompañamiento emocional, sino también por una comunicación asertiva, una comunicación entre mapadres e hijes que invita a las personas a tomar consciencia, reflexionar y reconocer nuestra responsabilidad.

En próximos artículos desarrollaremos este concepto de comunicación asertiva que, como hemos mencionado anteriormente, es base fundamental para la comprensión mutua y necesaria para afrontar una etapa en la que nuestros hijes experimentan importantes cambios como:

  • Crisis de oposición
  • Emociones fluctuantes
  • Narcicismo
  • Inseguridad
  • Angustia y confusión interna
  • Imaginación desbordada
  • Crisis de identidad
  • Fuerte pulsión sexual

La comunicación y el acompañamiento son muy importantes ante la ‘inestabilidad’ física -desarrollo hormonal- y emocional. Estar bien informados como madres y padres nos permite conocer mejor las necesidades básicas de este momento evolutivo tan importante para nuestros hijes. El autoritarismo, la sobreprotección, el control excesivo, la permisividad o la exigencia dificultan el acompañamiento emocional de nuestres hijes. También la relativización de las dudas, pensamientos y conflictos.

Con el nuevo servicio de acompañamiento a adolescentes trabajamos todos estos aspectos juntes. La mirada sistémica de todo el equipo de Damara nos permite abordar cualquier dificultad y bloqueo desde una perspectiva completa y familiar.

Antes de terminar queremos apuntar algunas conductas familiares que pueden ayudar a mejorar tanto la comunicación como la relación entre mapadres y adolescentes. Acompañar es:

  • Hablar sin moralizar: poder hablar de sexo, de drogas… sabiendo que pasarán por ahí y que lo importante es la información, no el miedo ni el juicio.
  • Respetar su privacidad.
  • Presencia y disponibilidad.
  • Escucha activa.
  • Establecer reglas apropiadas a su edad y necesidades. Saber ceder y ser flexible.
  • Valorar lo que hacen bien.
  • No dar sermones.
  • No hacer comparaciones.
  • Libertad en función de su responsabilidad.
  • Saber pedir perdón cuando nos equivocamos.
  • No juzgar.
  • Tener tiempo para elles.
  • Compartir aspectos personales con elle.
  • Amor incondicional.
  • Ofrecer seguridad.
  • Contacto físico con permiso.